Los seres humanos necesitamos
vivir en sociedad. Para satisfacer esta necesidad requerimos convivir, es decir
vivir la vida en compañía de otros.
Pero ocurre que esos “otros”, no
siempre tienen características similares a las nuestras, es decir, es bastante
probable que muchos de esos “otros” con los que tenemos que convivir en un
mismo espacio, tengan diferencias muy notables con nuestras creencias y formas
de actuar. Es por ello que para resolver esas diferencias, todo grupo humano
necesita de NORMAS DE CONVIVENCIA, mediante las cuales pueda conciliar esas
diferencias y en consecuencia, desarrollar la actividad sin afectar
negativamente a ninguno de los que conforman el grupo social.
El deporte es uno de esos
escenarios de la vida social que debería ser el espacio adecuado para
desarrollar una sana convivencia social, debido a que por lo general la mayoría
de las especialidades son de carácter competitivo por una parte, y por la otra,
está relacionado con el desarrollo de valores educativos, porque el deportista
debe ser una persona desarrollada de forma integral, porque para ser un
deportista en el estricto sentido de la palabra, el individuo requiere tener
valores de disciplina, perseverancia, valentía, honestidad, capacidad
intelectual, sinceridad y ejemplaridad.
Lo expresado en los párrafos
anteriores, está escrito en gran cantidad de libros, manuales, resoluciones,
etc., es decir, no estamos escribiendo ni planteando nada nuevo sino RECORDANDO
a Directivos de Federaciones deportivas, Asociaciones Regionales, Ligas,
Escuelas o divisas deportivas, técnicos, entrenadores, personal auxiliar y de arbitraje,
atletas y padres o representantes, lo que ES EL DEBER SER.
Pero la realidad en Venezuela
dista mucho de esta “teoría”, porque desde las sesiones de entrenamiento o práctica
a la que acude el niño(a) o joven atleta, pasando por los “encuentros amistosos”,
hasta los campeonatos de ligas deportivas dizque “organizadas” - que de acuerdo
a la Ley Orgánica
del deporte se denomina “sector deportivo asociado” (1) – nos encontramos con
el incumplimiento de todas las normas básicas de convivencia social, sin contar
con el incumplimiento de las normas técnicas, asunto que es “harina de otro
costal” y que trataremos en otra nota posteriormente.
En base a nuestro conocimiento
acerca de situaciones que se está presentando en muchos espacios relacionados
con la práctica del béisbol, situaciones en las que lamentablemente la “dirigencia
deportiva” no le está dando adecuada respuesta, agregando con ello otro escollo
mas que tienen que enfrentar niños y jóvenes que quieren practicar béisbol, y
sus padres o representantes que quieren cumplir con el deseo de sus
representados, creemos necesario dar nuestro pequeño aporte para comenzar a producir
respuestas a estos y otros problemas que están afectando al Béisbol menor y la
sana convivencia.
En próximas notas vamos a ir planteando algunas ideas, con la intención que los padres o representantes en primer lugar, y los técnicos y dirigentes honestos y trabajadores (2) en segundo lugar, que creen que el deporte debe ser un espacio para la sana convivencia de verdad, las mejoren y - lo mas importante - se comprometan a aplicarlas en sus espacios respectivos, para evitar que el beisbol menor deje de perder capacidad como factor para generar mejores condiciones de vida para la población.
Gustavo Viscuña
Papa de un pelotero y Secretario (encargado) de una Liga de Beisbol menor
NOTAS:
(1): "Asociado" al desorden.........
(2): Aunque usted no lo crea señor o señora representante, todavía quedan algunos por allí, aunque escondidos en el closet, pero existen
No hay comentarios.:
Publicar un comentario