Antes que nada debemos aclarar
que no pretendemos negar la actual crisis nacional, en especial en el aspecto
económico, que nos afecta a todos por igual, o mejor dicho, a todos los que
dependemos de un salario para vivir, es decir, que en Venezuela no existe una inflación
por sector laboral como al parecer pretender hacer ver los representantes de
umpires y anotadores cada vez que se dirigen a una liga a solicitar ajustes de
sus servicios.
Llama la atención que cuando se
solicita incremento de precios por los servicios de arbitraje, anotación y
rayado del terreno, la solicitud no viene acompañada de un argumento razonable
que justifique el alza, porque no se puede aceptar como “argumento” la
expresión todo está carísimo, una empanada cuesta tanto, o así yo no puedo
vivir, y otras generalidades por el estilo. Pero lo que más absurdo resulta
ser, es que a cada solicitud de “ajuste” de precios de servicios viene
acompañada también con una mayor irresponsabilidad y falta de ética
profesional, porque así como no presentan soporte que justifique el monto
solicitado, tampoco presentan que contraprestación ofrecen, porque si se pide por un servicio precio determinado, también debería indicarse que actividad
se va a prestar por ese precio. De eso no dicen ni pío árbitros, anotadores y “acomodadores”
de terreno.
Lo otro que no dicen, es que la
actividad que realizan, es un trabajo a destajo – no tienen que cumplir jornada
de ocho horas por día, durante 5 días a la semana – que se realiza los fines de
semana, es decir, que es otro trabajo adicional al que realizan entre Lunes y
Viernes de cada semana.
Para que se comprenda mejor lo
que estamos diciendo veamos un ejemplo “con números”:
Supongamos que en su trabajo de “quince
y último” gana un poco más del salario mínimo (Bs. 22.000, por ejemplo). Debemos agregar primas por hijos, hogar, transporte,
si es profesional a lo mejor gana otra prima por ello, si es empleado público
gana otra por años de servicio.
Adicionalmente cobra bono
compensatorio de alimentación, el mínimo es de Bs. 1.800,00 pero hay empresas
privadas que cancelan hasta Bs. 50.000,00 al mes. Por ley y su contrato cobra además
bono vacacional y de fin de año. Podría decirse que el “pobrecito” umpire pudiera
estar ganando unos Bs. 86.000,00 mensual en su trabajo de “quince y último”
aproximadamente, mas los bonos vacacional (mínimo 21 días) y de fin de año
(mínimo 90 días).
Ahora bien, en su “justo
aspiración” que le hace a la liga, le exige a ésta – bajo amenaza de no prestar
el servicio y dejar el campeonato en veremos – Bs. 7.000,00 por juego. Si
tomamos en cuenta que por lo general se fijan 3 juegos el sábado y 3 el
domingo, el “abnegado” estaría cobrando al mes por 8 jornadas de trabajo de 7,5
horas cada una, es decir 60 horas al mes, Bs. 336.000,00. (Este monto
representa 18,66 salarios mínimos).
Las ganancias de unos "vivos" van pa´arriba y la calidad del deporte pa´bajo |
En su trabajo de “quince y último”, tiene que laborar 8 horas diarias durante 20 días, lo que da un total de 160 horas al mes, es decir el “abnegado” pretende sacarle a la liga lo que no gana en un mes en una empresa pública o privada que tiene más recursos que las organizaciones de beisbol no profesional, ¡y encima trabajando menos horas!.
Está claro entonces que las Ligas
no están para resolver un problema que el sindicato de la empresa en donde
trabaja el “abnegado” trabajador deportivo no ha podido hacerlo porque como lo
indicamos al principio, la situación está mala para todos: empresa pública,
privada, sin fines de lucro, etc.
Pero lo más irracional aún es que
pretendan un aumento de tal magnitud y la calidad del servicio que prestan no
va en la misma dirección del precio que están pidiendo, porque si van a exigir
(ni siquiera plantean “vamos a discutir”, sino que exigen que les den el
aumento sin aviso y sin protesto), deberían también si son profesionales con
ética, presentar que valor agregado adicional ofrecen para justificar lo
solicitado.
La situación esta difícil para todos reiteramos, y urge
buscar soluciones entre las cuales no puede estar la de dejar desaparecer el
deporte no profesional, y mucho menos que esta posibilidad suceda por culpa de
sectores de la misma disciplina deportiva, que se comportan mas como
bachaqueros que como personas que trabajan para el deporte que practican niños
y adolescentes (¿Y dónde está la LOPNA?, ¿Y el derecho al deporte consagrado en la Ley Orgánica sobre la materia?).
Si contáramos con un gobierno “pilas”,
es decir que este en la jugada, el SENIAT hace rato que ha debido revisarles
las declaraciones personales de ISLR a estos “abnegados” del deporte aficionado
nacional, o para ponerlos en su sitio, o para cobrar lo que le deben al fisco...............
En la actual coyuntura, se hace aún mas importante la rendición de cuentas por parte de quienes dirigen y administran Ligas de Beisbol, no sólo por aquello de que "cuentas claras mantienen amistades", sino porque la comunidad tiene derecho a saber la situación real de las finanzas de las ligas en las que participan el equipo en el que milita su hijo por una parte, y por la otra porque ya lo indicamos, los representantes son los financistas de la actividad, por lo que así como se le rinde cuenta a los patrocinantes (cuando los hay), de igual manera se le debe tratar a los representantes. El Ministerio del Deporte debería ser el ente gubernamental encargado de velar porque esto se cumpla...........
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