Leemos en el diario LIDER, la noticia: "BEISBOL DE NICARAGUA TOMA MEDIDAS TRAS MUERTE DE UN ENTRENADOR POR COVID-19" (edición del 21 de mayo).
Carlos Aranda miembro del cuerpo técnico del equipo San Fernando, permanecía hospitalizado desde hace una semana por haber presentado los sintomas del COVID-19. Aranda junto a otros 8 miembros del equipo padecían los sintomas de la enfermedad.
Como se sabe, Nicaragua no había establecido medidas de distanciamiento social tal como lo plantea el protocolo de la OMS, por lo que se estaban realizando juegos del Campeonato de la Liga Nicaraguense de Beisbol Superior.
El equipo San Fernando había solicitado a la Liga la suspensión de los juegos del equipo, pero ésta solo accedió a reprogramar uno. Tras el deceso del técnico, la Liga suspendió los tres juegos programados para el equipo San Fernando durante este fin de semana.
Según las cifras oficiales, Nicaragua presenta 254 casos de contagios y 17 fallecimientos, pero lo que acaba de ocurrir con miembros del equipo de Beisbol San Fernando ha puesto en entredicho las cifras por parte de la organización Observatorio Ciudadano Covid-19.
Este es un ejemplo sobre la irracionalidad de objetar los protocolos para el combate de la pandemia establecidos por la OMS, presentando el distanciamiento social como una contradición con la realización de actividades económicas indispensables para el funcionamiento de un país, que lamentablemente algunos jefes de gobiernos han sostenido irresponsablemente.
El distanciamiento social es para las actividades no esenciales o básicas para el funcionamiento de un país mientras dure la pandemia, el distanciamiento social no aplica para aquellos que trabajan en las empresas relacionadas con la producción, distribución y venta de alimentos, medicinas e insumos médicos. Otras áreas de labores fundamental para un país, son seguridad y defensa, telecomunicaciones y servicios públicos (Electricidad, agua, aseo urbano y telefonía).
A pesar que a quienes de una u otra forma estamos relacionados con la práctica deportiva, bien sea aficionada o profesional, no nos "agrade" la medida, debemos aceptarla porque lo que está en juego no es el titulo de campeón o las ganancias de un equipo, lo que está en juego es la vida de las personas, y en este caso, lamentablemente ya tenemos un ejemplo de lo que puede ocurrir si en los diferentes países no adoptamos criterios razonables para enfrentar la pandemia.
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