Dice el refrán popular no
hay mal que por bien no venga, es decir, hay que ser optimistas ante
situaciones que en principio no son buenas, pero que a futuro pueden generar
acciones positivas.
Lo que está ocurriendo en
Venezuela a propósito de la hasta ahora amenaza de la empresa del deporte
espectáculo Estadounidense Ligas Mayores de Beisbol, conocida por sus siglas en
inglés MLB, es un claro ejemplo del mensaje que hay detrás del conocido refrán.
Ante la posibilidad que la MLB
accione para impedir que se realice el campeonato de beisbol profesional
Venezolano 2019-2020, evento organizado por otra empresa – de "nacionalidad" Venezolana - del
deporte espectáculo, hemos observado con asombro una inusual acción de
respuesta de la LVBP por una parte, y por la otra un anormal comportamiento de algunos
personajes de la vida pública nacional (políticos y periodistas deportivos que
trabajan para los grandes medios de comunicación), y de algunos ciudadanos que
se dicen aficionados al beisbol en general, y al Venezolano en específico.
Comencemos por explicar el porqué
decimos que hasta ahora es “una amenaza” de la MLB que va impedir que todo pelotero con contrato en sus organizaciones afiliadas, participe en el
campeonato 2019-2020 de la LVBP, “amenaza” que es la primera evidencia que lo
que pretenden hacer los de la MLB y sus secuaces locales, con la tácita aprobación
de la Confederación del Beisbol Profesional del Caribe (CBPC), léase Ligas de
Beisbol Profesional de México, Puerto Rico y República Dominicana, es una
barbaridad porque es una acción que va contra del objeto social de las empresas
del deporte espectáculo MLB, la CBPC y la LVBP.
La MLB, la CBPC, la LVBP y los equipos y ligas afiliadas, son antes que nada empresas del deporte espectáculo, es decir empresas que se dedican a explotar el ramo de los espectáculos de masas, por lo que sus acciones deben estar enmarcadas por lo establecido en las normas legales del derecho mercantil y de los contratos o convenios que suscriban entre ellas para desarrollar sus eventos. En función de lo anterior, la única manera que la MLB impida a peloteros con contratos con organizaciones afiliadas que firmen contratos para jugar en el campeonato de la LVBP, es que ésta o los peloteros incumplan disposiciones establecidas en los convenios o contratos suscritos entre las partes, contratos o convenios que regulan la actividad económica que explotan, la cual por tratarse de eventos deportivos deben cumplir también regulaciones técnicas deportivas.
Está claro entonces que mal puede
la MLB deshacer convenios con la LVBP por razones políticas ajenas a la
actividad, y peor aún es que la CBPC y la LVBP aceptar esto como algo “normal”.
Saben los empresarios de la MLB que tal barbaridad se les puede devolver cual boomerang,
y lo demuestran cuando los “Jefes” de la LVBP acuden a los EE.UU. para
solicitar a la MLB que “derogue” la medida, y la empresa que “organiza” los
campeonatos del “mejor beisbol del mundo” les responde que no puede dar
respuesta a la solicita de la LVBP, porque todavía no tiene comunicación
oficial por parte del organismo del gobierno de los EE.UU. del que la MLB dice
estableció la medida contra la LVBP que ellos van a acatar. ¿Cómo se explica
esta cantinflérica respuesta de quienes dicen representar al “mejor beisbol del
mundo”.
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Anunciaron una medida sin tener ni siquiera un oficio de la oficina gubernamental de la que dicen acatar disposiciones.... |
A partir de la barbaridad anterior, la CBPC
(léase las Ligas del Beisbol Profesional de México, Puerto Rico y Republica
Dominicana, y la LVBP, no se quedan atrás, y ante la irresponsable
acción de la MLB desde el punto de vista del negocio del beisbol profesional, responden
peor: mostrando una servil y genuflexa conducta ante su amo la MLB. Es decir no
se comportan como las empresas que regulan la actividad del beisbol profesional
en el Caribe y en Venezuela, que están siendo afectadas por el incumplimiento de un convenio firmado con la MLB, sino que se muestran como serviles organizaciones limitándose a rogar que no "sancionen" a la LVBP.
Es evidente que la acción tomada
por la MLB contra la LVBP no tiene nada que ver con la actividad, que responde
a la campaña de desestabilización económica y política de Venezuela, y que si
bien es cierto hasta ahora es “una amenaza”, también lo es que esa amenaza se
puede convertir en una realidad porque la MLB si actúa como un apéndice del
gobierno de los EE. UU., otra contradicción de la empresa que organiza el “mejor
beisbol del mundo” porque uno de los “argumentos” que aduce la MLB y sus
secuaces para impedir que se realice el beisbol profesional en Venezuela, es que nuestra LVBP es un “apéndice de la dictadura
castro-comunista-chavista-madurista.
Asumiendo la hipótesis del
absurdo con la que la MLB y sus secuaces–lacayos del beisbol profesional del Caribe
y Venezuela pretenden justificar esta barbaridad preguntamos: ¿Por qué la MLB
si puede ser un apéndice de la dictadura Trump y la LVBP no lo puede ser de
nuestro gobierno?.
La pregunta no tiene respuesta
lógica ni siquiera bajo los principios de la economía capitalista de libre
mercado que tanto dicen defender la MLB, la CBPC, la LVBP y todo aquel que
justifique esta agresión contra empresas del deporte espectáculo Venezolanas,
pero si permite determinar con claridad la razón de base por la cual nuestro
beisbol profesional no ha logrado en más de 60 años el desarrollo que si ha
logrado el beisbol profesional Japonés, o explicar el porqué países como
Holanda nos supera desde hace rato en la posición del ranking mundial de
beisbol no profesional.
Por eso decimos, que aún
concretándose la amenaza de la MLB, y que dicha acción lesione
considerablemente la calidad del campeonato de la LVBP, el mal que nos
produzcan deberá servir para que nos demos cuenta que necesitamos nuevos y
auténticos líderes del beisbol profesional, que tengan la tarea de desarrollar
con “cabeza propia” a la LVBP y no seguir bajando la cerviz ante la MLB.
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