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jueves, 7 de agosto de 2014

MI HIJO EL PROSPECTAZO........

Juan Vené ha sido uno de los pocos periodistas que ha comentado sobre la actividad de los niños deportistas. En su columna En la pelota que se publica en muchos medios impresos tanto nacionales como de otros países, ha criticado la actitud de algunos padres y técnicos en cuanto a la manera de asumir la práctica del béisbol de los niños.

En la columna publicada el día 06/08/14 bajo el título “Sueñan con millones por los peloteritos” Juan Vené nos muestra este comentario de uno de sus lectores:

Mario A. Rocha P. de Hermosillo, quien es abogado, opina…: “Comparto la filosofía que maneja usted acerca de cómo llevar la vida deportiva de los niños. Afortunadamente mi padre fue de esa mentalidad, y me dejó elegir cuál deporte practicar. Desde los nueve años me decidí por el beisbol, con resultados horribles, como un hit en toda una temporada. Lo que me hizo dejarlo a los 15 años, para dedicarme a estudiar. Ahora soy abogado, parte del sistema judicial Mexicano.
Me interesa destacar cómo usted aconseja a padres, hermanos mayores, tíos y mánagers de los pequeños peloteritos. Esos adultos que pretenden hacer de su talento una mina de oro. Sin embargo, tales presiones provocan gran estrés en las criaturitas, a tal grado que, como lo citó en columna reciente, optan una vez que alcanzan la adolescencia, por refugiarse en deportes diferentes o, lo más lamentable, en el alcohol y otras drogas. Es que no los dejan divertirse como niños”.
Tal como lo planean Juan Vene y su lector, en ese sueño de millones no sólo andan algunos padres, sino también – y es lo mas lamentable – algunos “dirigentes” del béisbol menor, quienes demuestran con ello (además de ser unos mercaderes) no tener un claro concepto de lo que significa desarrollar actividades del béisbol menor desde escuelas, ligas, asociaciones y hasta la propia Federación.
Esta claro que el objeto de una organización de béisbol menor es el de formar peloteros, pero tal como lo plantea Vené y el señor Mario Rocha, lo que se observa  en muchos campos es que no se tiene claro el para que se debe formar peloteros, y no se trata de ser “ingenuos” o desconocer una realidad, sino de tratar de “poner los puntos sobre las íes” para que cada quien asuma el papel que le corresponde, porque en este asunto además de la responsabilidad de algunos padres y técnicos, debemos agregar también como ya lo dijimos, la de los “dirigentes” del Béisbol asociado y la de los funcionarios gubernamentales encargados de desarrollar políticas deportivas.
En primer lugar debemos señalar que un jóven se hará pelotero profesional no por que sus padres o un técnico lo quiera, es mas ni siquiera un scout o cazatalentos puede asegurar que un jóven que recién  haya firmado al beisbol profesional se convertirá en una súper estrella de las grandes ligas. El jóven se hará pelotero profesional primero porque a él le gusta, y segundo porque deberá mostrar que tiene condiciones para ello.
Como tercera condición y tal vez la mas difícil de sortear, está el abrirse paso en el nada fácil mundo del béisbol profesional, en el que tendrá que competir entre cientos de prospectos con iguales y hasta mejores condiciones que él, por lo que si el aspirante a estrella del “big show” decide entrar en esa competencia, deberá prepararse no sólo en lo que a sus habilidades físicas se refiere, sino también en cuanto al estudio de las técnicas del juego, el dominio del idioma inglés y una adecuada preparación psicotécnica (por llamarla de alguna manera) que le permita soportar la presión a la que seguramente estará sometido mientras vaya ascendiendo por los distintos campos de entrenamientos o jugando en las ligas menores.
Debido a estas particulares condiciones, es que una Escuela de Béisbol se diferencia de una Academia de Béisbol, la Escuela de Béisbol no busca firmar peloteros para el profesional, tarea que hasta cierto punto de vista es relativamente fácil porque sólo basta que el aspirante tenga condiciones físicas y habilidades técnicas, para que un scout “lo vea y lo firme”, lo cual repetimos no es garantía de que se convierta en una consagrada estrella del deporte-espectáculo. Lo mas importante viene después de la firma, cuando el prospecto tiene que demostrar que además del “físico” y de las habilidades, tendrá también que demostrar que esta preparado mentalmente para intentar desarrollar una carrera como pelotero profesional.
Pero dejemos a la gente de las Academias de béisbol con sus problemas, para enfocarnos en el papel que deberían estar realizando las organizaciones del béisbol aficionado o no profesional como algunos lo llaman también.
En el proceso de formación del futuro ciudadano, la familia, la escuela y las organizaciones deportivas (o las culturales) tienen su respectiva cuota de responsabilidad.
El trabajo que hace la familia y la escuela, se debe fortalecer por el que debería hacer la organización deportiva, que en nuestro caso es la escuela, liga, asociación y Federación de béisbol. La escuela de béisbol como célula fundamental del sistema en el que se basa la disciplina debe tener claro que su papel es el de formar atletas, es decir peloteros que participen en torneos de alto rendimiento tanto nacionales como internacionales. Este atleta que en su etapa de máximo desarrollo deportivo (Béisbol de adulto) no pertenece a la élite profesional, es decir aquellos que ganan exorbitantes sumas de dinero por sólo jugar béisbol, por lo que tendrá seguramente otras actividades tales como estudiar una carrera profesional o estar trabajando ya como profesional en alguna disciplina  -incluyendo el deporte- tendría otra perspectiva que le permitirá tener otros caminos además del posible “estrellato” como profesional.

Si se decide por el mundo del “big show” y no puede luego establecerse definitivamente en él, estará preparado no sólo para seguir otro camino profesional, incluyendo el apasionante mundo del deporte, y no estará dando tumbos como muchos prospectazos que terminaron sus días como pelotero “realese”…………..

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